Un nuevo trabajo en ratones revela cambios en el patrón de los microRNAs que provocan intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina. El estudio, publicado en la revista PNAS, explica el papel de estas moléculas, relacionadas con la obesidad, en la aparición de diabetes.
Investigadores del Instituto de Investigaciones Biomedicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) han hallado que los cambios en el contenido de microRNAs de los exomas constituyen un vehículo por el que la obesidad provoca resistencia a la insulina en ratones.
Estos cambios en el patrón de los microRNAs provocan intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina. El estudio, publicado en la revista ‘PNAS’, proporciona un nueva diana terapéutica para el tratamiento del síndrome metabólico.
El trabajo ha sido coordinado por la jefa del equipo de Patogenia y Prevención de la Diabetes del IDIBAPS y jefa de grupo del CIBERDEM, la doctora Anna Novials, y el primer autor del mismo es un investigador predoctoral del grupo, Carlos Castaño. Por su parte, la última autora del trabajo es la también investigadora Marcelina Párrizas.
Los microRNAs son pequeñas moléculas que tienen la capacidad de regular la expresión de los genes y los pueden secretar casi todos los tipos de células del organismo dentro de vesículas llamadas exosomas. Contienen proteínas, lípidos o moléculas de RNA en el síndrome metabólico.
Cambios en el perfil de los microRNAs circulantes en la sangre se asocian a varias enfermedades, las metabólicas incluidas. Estas moléculas se pueden utilizar como biomarcadores para mejorar el diagnóstico de las enfermedades y monitorizar la respuesta a los tratamientos.
La obesidad se define como un aumento de composición de grasa corporal. Este aumento se traduce en un incremento del peso y aunque no todo incremento del peso corporal es debido a un aumento del tejido adiposo, en la práctica médica el concepto de obesidad está relacionado con el peso corporal. La obesidad debe ser entendida como una enfermedad crónica, de forma semejante que lo es la diabetes mellitus o la hipertensión arterial.
La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, que suele iniciarse en la infancia y adolescencia, y que tiene su origen en una interacción genética y ambiental, siendo más importante la parte ambiental o conductual, que se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético.
La obesidad a menudo está relacionada con enfermedades metabólicas. La diabetes tipo 2 es una de las enfermedades metabólicas más común y se estima que afectará a un tercio de la población en 2050. Este tipo de diabetes está asociada al sobrepeso y el sedentarismo, y constituye una de las causas principales de resistencia a la insulina.
En el estudio, los investigadores han observado el papel de los microRNA con un modelo de ratón diabético que simula el síndrome metabólico. Mediante una dieta rica en grasas, los animales se hacen intolerantes a la glucosa, como un estado prediabético, tienen el hígado graso y trastorno en el metabolismo de los lípidos.
También en ratones sanos
Los científicos obtuvieron un panel mediante un análisis bioinformático y los resultados demuestran que la obesidad cambia el perfil de microRNAs en los exosomas del plasma en ratones.
Además, si se trata a ratones sanos con los exomas aislados de ratones obesos, se provoca intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina. Los investigadores lograron reproducir en el laboratorio el patrón de microRNAs asociado a la obesidad y vieron que la transferencia a ratones sanos también les provocaba el mismo síndrome metabólico.
“En este estudio hemos explicado el papel que juegan los exosomas y determinados microRNAs relacionados con la obesidad en la aparición y desarrollo de la resistencia a la insulina y la diabetes. Ahora, el futuro es conseguir bloquear estas moléculas para que no aparezca la enfermedad”, ha indicado la doctora Novials.
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